Una historia detrás de la Crepería Québec
Soy Pascal y vengo de Québec. Llegué aquí de Erasmus hace doce años. Me encantó la ciudad y después de dos semanas ya quería quedarme. Estudiaba empresariales. Desde el momento en el que decidí quedarme tenía la idea de montar mi propio negocio y también dar a conocer Québec. Muchas veces la gente me preguntaba de dónde era y les tenía que decir que venía de la parte francófona de Canadá y todo eso. He juntado las dos cosas en Québec Krep’Herria.
Un día estaba en el muro de Sagües, en un atardecer creo, y dije: “Me quedo aquí”. Sabía que dejaba los estudios a un lado y sabía que tenía que trabajar para abrir mi propio negocio algún día, que al final ha terminado siendo una crepería.
Ha sido un proceso largo. He estado trabajando en restaurantes y bares de lo Viejo, … Básicamente en hostelería. Gané experiencia en el sector.
Al principio tuve muchos problemas porque parece que suena a Kebab. La gente decía, “mira, han abierto otro Kebab”. Y no. Luego si levantas un poco la cabeza puedes ver cosas típicas de mi país: las matrículas de los coches, raquetas de nieve, el hockey, beisbol, el sirope de arce, que es un producto muy nuestro, en las cartas también meto algún guiño sobre Quebec…
Québec
Descendemos de los franceses y hace 200 años fuimos conquistados por los ingleses para fundar lo que hoy en día es Canadá, que todo el mundo conoce. Pero mi pueblo tiene otra cultura, otro idioma, otra mentalidad, es diferente… Fuimos los conquistados y eso ha repercutido en nuestro carácter. Somos distintos a los vascos por ejemplo. Nosotros entramos a un sitio y nos cuesta mucho pedir en una barra cuando está llena porque no queremos molestar.
El crepe
Al ser descendientes de Francia y sobre todo del norte (Normandía, Bretaña) es una de las cosas que se trajo desde ahí y se ha quedado en nuestra cultura. Yo me acuerdo que mi abuela hacía crepes, yo desde pequeño también… Sales a otros sitios como Ontario o Estados Unidos y se ven pancakes, que es otra cosa. Y nosotros seguimos ahí luchando y “existiendo” con los crepes.
La materia prima, aunque hasta hace poco se decía que el secreto era hacerlo a mano. Yo lo veo súper sencillo: se echan los huevos, un poquito de leche y toda la harina. Se hace la masa gorda y luego, poco a poco, se va aclarando con leche. Hasta ahora lo hacía todo manualmente, pero por la carga del trabajo he tenido que comprar una maquinita. Utilizo los mismos ingredientes y la misma metodología.
Para mí el crepe con sirope de arce es el original. En mi vida había comido algo que no fuera con sirope o, como mucho, con azúcar. Ahora vas a Francia y se toma mucho con nutella, mermeladas, azúcar… Yo lo conozco como dulce, salado no lo había comido en mi vida.